miércoles, 3 de diciembre de 2014

Cuando las ideas publicitarias continúan viviendo por otros medios

En el ámbito de la música popular, suele decirse que una canción tiene verdadero éxito cuando deja de estar asociada a su autor y pasa a formar parte del patrimonio cultural de la gente. Es entonces cuando deja de pertenecerle a sus creadores y se convierte en folklore.
Algo parecido sucede a veces con las creaciones publicitarias. La gente se las apropia. Pasan a ser anónimas. Sobre todo en estos tiempos de redes sociales y “gadgets”, donde casi cualquier persona, con los recursos tecnológicos disponibles, puede tomar un aviso o un comercial de TV y modificarlo a su gusto y en función de sus propósitos.

Ya no se trata de la simple adaptación de la letra de un jingle a un cantito para las hinchadas futbolísticas, sino de verdaderas creaciones que extienden la vida de la idea original hasta territorios jamás imaginados por sus creadores. Veamos algunos ejemplos.

Una lotería con premios impensados

El spot televisivo de este año de la Lotería Nacional de España tuvo una fuerte repercusión en ese país. Bajo el claim  El mejor premios es compartirloel comercial apela a una historia muy real y cercana para lograr un fuerte impacto emotivo, tal vez ayudado por el contexto socio-económico que se vive en la Península; y sin dudas por la actuación magistral del protagonista, que logra un nivel de credibilidad inusual:


Y por si el spot no fuera suficiente, para quien tenga ganas de seguir investigando, se han creado una serie de videos complementarios a modo de storytelling:


Ante semejante repercusión, la respuesta de la creatividad popular y anónima no se hizo esperar, y en pocos días aparecieron varias versiones que parodian el spot entre las que sin duda se destaca esta, El anuncio de la Lotería al revés:


Una idea para todos

El otro caso que queremos destacar es menos reciente, más cercano geográficamente, pero igualmente representativo de nuestra hipótesis inicial.
Se trata del recordado spot "Para todos", de Coca Cola, que se convirtió en ícono de una época, fue traducido a más de 20 idiomas, se proyectó en más de 40 países y ganó el Gran Ojo Cine/TV 2002:


Tal como sucedió con el comercial de la Lotería de España, también aparecieron en Youtube decenas de versiones inspiradas en esta pieza, en su mayoría paródicas.
La que queremos rescatar aquí es una que realizó nuestra agencia, Lorem ipsum, a modo de tarjeta de fin de año para sus clientes, que dedicamos hoy a nuestros lectores para hacerles llegar nuestros mejores deseos para esta Navidad y el año 2015. Con el debido agradecimiento a su creador, Martín Mercado (por entonces en la agencia McCann Erickson) por su inspiración y motivación:


Felicidades para todos.


lunes, 6 de octubre de 2014

¿Las creatividad publicitaria es infinita?


Es una pregunta difícil de responder. El sentido común se inclina por contestar afirmativamente. Sin embargo, hay casos que parecerían desmentirlo. Casos donde una misma idea vuelve a aparecer en otra época, en otro contexto y a veces hasta para un producto diferente. Repasemos algunos de estos casos y luego intentaremos dar una explicación.

¿Nos encontramos en Starbucks o nos encontramos en Unicenter?

Este es un caso bien reciente. La cadena Starbucks está lanzando en estos días su primera campaña global de marca, “Meet Me at Starbucks”, en la que el gigante del café no se focaliza en los productos, como normalmente ocurre en sus avisos, sino en la marca, haciendo una crónica de un día en la vida de Starbucks a través de un mini-documental filmado en 59 países diferentes.
En él podemos visualizar a Starbucks como un lugar de encuentro, un espacio donde la gente elige juntarse para hacer planes o compartir buenos momentos.
La campaña se originó en la idea de que, aunque hay muchas formas sencillas de conectarse gracias a la tecnología, la gente de Starbucks está realmente conectada, al estar frente a frente con sus clientes.

La labor de la agencia, 72andSunny, se basó en la observación que hizo Starbucks del comportamiento de sus habitués en los medios sociales. La compañía notó la existencia de múltiples videos en YouTube de fans de Starbucks y observó que existían historias “que se iniciaron en los locales” de la cadena. La intención inicial fue crear un film basado en esos videos, pero luego la idea creció y se convirtió en un proyecto mayor. “Todos los días en todo el mundo, millones de personas se reúnen en Starbucks, pero nunca lo hacen solamente por el café”, dice el texto que aparece al comienzo del documental.

Muchos años atrás, allá por 1991, la agencia argentina Verdino obtuvo la cuenta del Shopping Unicenter presentando una campaña que, bajo el lema “Nos encontramos en Unicenter”, buscaba posicionar al centro de compras como un lugar de encuentro para la gente de la zona norte del Gran Buenos Aires. Un concepto bastante parecido, ¿verdad?
El comercial no se puede encontrar en Internet, pero puedo dar testimonio como uno de sus creadores.
Claro que en esa época no existían las redes sociales que conocemos ahora (en YouTube, el video de Starbucks -de casi 6 minutos- tiene un elemento interactivo). Ni había un presupuesto tan generoso como el que le permitió a Starbucks utilizar a 39 directores de cine, 10 fotógrafos locales y un director que coordinó todo en la agencia, para rodar 24 horas en cada locación y producir 220 horas de material. Para tratar de hacer una pieza memorable para Unicenter con muchos menos recursos, apenas si se pudo contar con el aporte de un gran hit para la banda de sonido: “Don't worry be happy”de Bobby McFerrin.


Los perros se parecen a sus dueños, aquí y en Brasil.

En 1999, en el germen de lo que sería luego Lorem ipsum, creamos con Norberto Folatti esta campaña para lanzar un nuevo alimento de Bayer para mascotas: Bay-Pet. La idea es simple y directa y no precisa de mayores explicaciones. Proviene de la observación de ciertos axiomas que atesora la sabiduría popular.

La acción constaba de 3 piezas de gráfica que tuvieron bastante exposición. La mejor de ellas era sin dudas la que reproducimos, porque confirmaba el claim de la campaña: el modelo y el perro eran dueño y mascota en la vida real.

Varios años más tarde, pero en Brasil, otra marca de alimentos para mascotas recurrió a una idea similar. A tal punto que se llamó, precisamente, “Semejanza". La diferencia, claro, es que Brasil es un mercado más grande, por lo que la agencia dispuso de mayor presupuesto, tanto para producción como para medios.

Las piezas de la campaña, que muchas veterinarias de Buenos Aires llegaron a exhibir en sus vidrieras en forma de fotocopias, fue una creación de Marcello Serpa, uno de los mejores creativos brasileños, que por entonces revistaba en DM9, y luego fue fundador de AlmapBBDO y presidente del Clube de Criação de São Paulo. Y fue incluida por el informe Gunn Report entre las campañas de Gráfica más premiadas a nivel global entre los años 1999 y 2013.


Empatados en un gol.

El último caso de similitudes tiene como protagonistas a dos empresas del mismo país y que compiten en el mismo mercado, aunque no se refieran a la misma categoría de producto. El aviso de las sojas NK (antigua marca de semillas de Syngenta) fue creado por nuestra agencia, Lorem Ipsum, en 2007. El otro, que apareció unos cuantos años más tarde, en 2013, pertenece a la empresa BASF. 
El mismo perro, pero con distinto bozal.



¿Casualidad o causalidad?

La creatividad publicitaria, como toda actividad intelectual, también está sujeta a malas prácticas. Hay cantidad de casos de creativos que “toman prestado” lo que otros desarrollaron con su propio esfuerzo.
¿Se puede hablar de plagio en estos ejemplos? El lector podrá formarse su propia opinión. Yo prefiero no ser tajante. Porque estas coincidencias se dan a menudo y no son necesariamente intencionales.
¿Por qué sucede? Las razones pueden ser dos y son muy simples. Primero, porque las ideas publicitarias están en el aire, esperando a quienes sepan verlas. No nacen de la nada, siempre derivan de una combinación novedosa de elementos ya conocidos. En segundo lugar, porque los creativos publicitarios -por formación o por el mismo ejercicio de nuestro trabajo- tenemos cabezas parecidas. Usamos los mismos procesos mentales, las misma técnicas. Y básicamente, estamos obligados a ser observadores full time. Por eso no resulta extraño que, enfrentados al mismo problema de comunicación, al mismo brief, un creativo de la Argentina y otro de Tailandia de generen respuestas (ideas) similares.
Por supuesto que nos inflamaría el ego sabernos plagiados por creativos prestigiosos, como en alguno de los casos revisados. Pero nuestro consejo es: antes de hablar de plagio -o de juzgar la calidad de un aviso, en general- lo más sabio resulta investigar el brief que dió lugar a su creación. Porque opinar, cualquiera opina.


miércoles, 10 de septiembre de 2014

LAS AGENCIAS DE PUBLICIDAD ANTE EL DESAFÍO DE REPENSARSE

El recientemente realizado festival de publicidad de Antigua, Guatemala, dedicó
dos jornadas de conferencias a debatir el rol de las agencias de publicidad que pretenden seguir llamándose creativas en un tiempo atravesado por vertiginosos cambios tecnológicos, que condicionan a su vez las conductas y los hábitos de los consumidores.

Los disertantes coincidieron en que el rol de la publicidad debe girar en torno a agregar valor mediante el aporte de soluciones útiles y creativas para la vida del consumidor. Y señalaron que las agencias cuentan con la capacidad de adaptarse rápidamente a los nuevos entornos. Colaboración e innovación se presentaron como dos elementos esenciales. A continuación, una síntesis de algunos conceptos vertidos en las conferencias.

Las primeras reflexiones corrieron por cuenta del experto en marketing digital Juan Merodio. Desde su punto de vista, las marcas corren detrás de las tendencias perdiendo de vista los puntos importantes: “La publicidad debe aportar valor, creatividad y disrupción”. Pero contrariamente a esto, la mayoría apuesta por planes conservadores: “Hacemos lo mismo para no salirnos de los parámetros por miedo a que no guste”. Para explicar el contexto en el que las compañías se mueven en la actualidad, Merodio estableció un paralelismo con la teoría de la evolución: “No ganan las empresas más grandes ni más fuertes; ganan las que se adaptan más rápido”.

Joaquim Ramis –ceo de CP Proximity Barcelona– presentó distintos casos y campañas en los que se mostraba cómo una marca podía utilizar las redes sociales para conocer realmente a su consumidor y vincularse con él y aseguró: “Como comunicadores, nuestra capacidad está en modificar comportamientos”.

Para expresar las grandes transformaciones que atraviesa el planeta, Paulo Mira, de PHD Mobile,aportó datos del mercado: en el mundo hay cerca de 7.000 millones de habitantes y 4.550 millones de teléfonos móviles, de los cuales 1.750 millones son smartphones. Mira recordó, además, que ahora existen los smartphones económicos, que permiten a personas con ingresos medios/bajos tener acceso a sistemas de telefonía prepaga, las cuales consumen grandes cantidades de contenidos por medio de conexiones Wifi gratuitas. “Son cosas que hace un año no existían, pero que ahora están al alcance de la mano”, remató.

A su turno, Tony Wright, de Lowe&Partners, presentó algunos enfoques con los que están trabajando las agencias de esa red en torno a la misión social de las marcas, y reflexionó: “Las mejores misiones sociales están integradas al modelo de negocio”, añadiendo que no todas las formas de acercarse a los fines sociales funcionan correctamente. Para poder conseguir buenos trabajos, se debe pensar en el largo plazo e incluir al consumidor como parte de la misión social, entre otros ítems.

Refiriéndose a la propaganda política, que también debe enfrentar un nuevo entorno social, Gastón Silverman, ceo de United Virtualities, explicó que los políticos dejan de lado herramientas poderosas capaces de conectarlos con las opiniones y necesidades de la ciudadanía. Retomando el tema de las agencias de publicidad indicó: “Para generar un minuto de video, las marcas trabajan cuatro meses, pero en internet, cada día, se generan en el mundo 4 horas de videos”.

En línea con esto, Mariana Hernández, psycologist brand strategist de Google, advirtió: “74 de los 5.000 canales principales de YouTube son de marcas”. Hernández planteó puntos básicos en los que deben trabajar las marcas para poder navegar los mares de la nueva cultura digital. Como claves para afrontar esta tarea, mencionó tres grandes valores que deben estar presentes en los contenidos que generan las marcas: “Autenticidad, conexión con el usuario y creatividad”.

Hacia el final del cronograma de conferencias, Amir Kassei, de DDB Worldwide, exhortó a todos los jugadores de la industria: “No debemos enfocarnos en hacer publicidad, sino en desarrollar herramientas útiles”. Desde su punto de vista, las agencias no se deben centrar en hacer campañas ingeniosas y divertidas. “Una marca influyente tiene un rol en la vida de las personas”, ahondó, “Lo digital no es un medio, es infraestructura”. En su opinión, compañías como Google y Twitter cuentan con potentes capacidades técnicas, pero carecen de talento creativo: “No tienen noción de lo que son los insights”. Y dejó una última reflexión: “Todos en estas conferencias han hablado de lo que cambiará en el futuro, pero nadie habla de lo que no cambia: somos seres humanos”.


Fuente consultada: adlatina.com

jueves, 31 de julio de 2014

¿Cuáles son las mejores piezas publicitarias? 3ra. parte.

Lo que SÍ y lo que NO en los titulares

Algunas recomendaciones que no pretenden ser reglas inamovibles

·      Los titulares más eficaces, según el legendario creativo David Ogilvy, son los que prometen un beneficio al lector: lava más blanco, rinde más km por litro, etc. Los titulares que no contienen información sobre el producto o sus beneficios consiguen menos atención.

·      Los titulares que contienen alguna noticia tienen más éxito. Puede ser un lanzamiento, una mejora en el producto o una nueva forma de utilizarlo. Por lo tanto, si tenemos una noticia, no la ocultemos dentro del texto.

·      Ya que la mayoría de la gente sólo lee los títulos, conviene incluir la marca en el titular para que no pase desapercibida.

·      Da buen resultado utilizar en el título una palabra clave que atraiga la atención del target al que nos dirigimos, por ejemplo: asma, más de 30 años, o el lugar de residencia del lector cuando utilizamos diarios zonales. Citando nuevamente a Ogilvy: “Si anuncia matafuegos, empiece por el fuego”.

·      Los datos concretos son más efectivos que las generalidades.

·      Utilice titulares cortos o largos según sus necesidades. No está debidamente probado que unos sean más efectivos que otros. Una docena de palabras es más que suficiente.

·      Es recomendable que el titular incluya un verbo, expresado o elíptico.

·      No desdeñe palabras de eficacia garantizada como AHORA, NUEVO, PRESENTA, etc.

·      Deje hablar a la imagen. El titular no debe reiterar en palabras lo que la imagen ya expresa por sí misma, sino complementar o completar su significado. Si la foto muestra una vaca, no titule al aviso “La vaca”.

·      Los buenos titulares suelen plantear un conflicto. Un hecho insólito, una información incompleta, algo que llame la atención del lector y que éste deba completar pensando…o leyendo el texto.


Si el titular no es suficiente, recurra a un subtítulo

Este recurso tiene una ventaja: como el cuerpo tipográfico es más pequeño que el del título, puede tener mayor extensión que éste, lo cual permite aclarar algunos aspectos que no estén contemplados en el titular.
El subtítulo es el equivalente a la “bajada” de un artículo periodístico. Debe contener una afirmación independiente; es decir, no enlazada o ligada gramaticalmente con el titular. Debe complementar al título.
Un subtítulo entre el titular y el copy aumenta el interés por lo que sigue a continuación y resulta un buen recurso para incluir mayor información.


lunes, 2 de junio de 2014

¿Cuáles son las mejores piezas publicitarias? 2da. parte.

Así como un juez debe conocer las leyes para dictar una sentencia, quien evalúa una pieza publicitaria debe conocer algunas reglas básicas para fundamentar sus apreciaciones. Conocer (o repasar) esas reglas resultará de gran utilidad, tanto para el que deba crear un aviso como para el que necesite evaluarlo.
Si bien el dicho popular afirma que “una imagen vale más que mil palabras”, hay que reconocer que existen palabras que son capaces de transmitir más que mil imágenes (cualquiera puede corroborarlo tomando, por ejemplo, la palabra AMOR). De ahí que hayamos decidido comenzar el análisis de un mensaje publicitario por la redacción: manejadas correctamente, las palabras pueden destacar nuestra marca en forma sustentable y expresar los motivos por los que el consumidor debería adquirir nuestros productos o servicios.
Pero antes de sumergirnos en el tema, vaya una pequeña fábula como para ir entrando en clima:

Un príncipe soñó que se le caían todos los dientes y consultó a un experto en oniromancia, el arte de adivinar el futuro mediante los sueños. El adivino le dijo: "Todos tus familiares van a morir".
Enfurecido, el príncipe mandó traer a otro experto, que le vaticinó: "Llegarás a viejo y serás el último de tu familia en morir".
El príncipe se echó a reír y dijo: "El significado es el mismo, pero te expresas con más elegancia que tu predecesor". Y dicho esto, recompensó al hombre con diez mil dirhams.

Nociones sobre redacción de avisos

Las palabras no sólo permiten expresar aspectos racionales, sino también expresar emociones y generar imágenes en la mente. Por eso, en lugar de abordar la redacción desde el punto de vista técnico o semántico (lo que escapa a los propósitos de este artículo) preferimos encararla desde sus aspectos psicológicos, transcribiendo algunos principios enunciados por el Lic. Víctor Kertesz.

Principios psicológicos de la redacción

• La gente se deja llevar más por las emociones que por el intelecto. Por más que su propuesta sea racional, no deje de dotar al texto de un matiz emotivo.

• Las personas tienden a buscar fórmulas que simplifiquen lo complejo. Cualquier factor que genere confusión debe ser evitado o reemplazado por su expresión más sencilla.

• No introduzca problemas que antes no existían en la mente del lector, aún cuando esté ofreciendo una solución. Crearía confusión y podría perder ventas. Hay quienes recomiendan evitar las ideas negativas en general, pero este principio debería ser revisado. Plantear los problemas que podría acarrear el “no uso” del producto puede ser un buen abordaje. Los más memoriosos recordarán la campaña de Benson & Hedges: el cigarrillo de las desventajas.

• La gente responde más fácilmente a aquello que puede identificar. No dé por sentado que porque usted conoce su producto o servicio el lector también debería conocerlo. Tampoco es conveniente hacerle sentir que no sabe nada del tema, porque lo dejaríamos fuera de la conversación.

• Las ideas y palabras concretas son más fáciles de recordar, entender y distinguir que las abstractas. Los hechos concretos venden más que las generalizaciones y las frases comunes. Es más efectivo comunicar que “este servicio podrá reducir en un 30% el consumo de energía” que decir una ambigüedad como “este servicio resolverá sus problemas”.

• Las personas entienden mejor las palabras que les resultan familiares. Las palabras simples y comunes -fácil, ahorro, resultados, probado- conseguirán mejor respuesta que los términos difíciles o inusuales. Pero cuidado: eso no significa caer en un texto lineal y plagado de obviedades. Un texto eficaz debe ser siempre seductor y persuasivo.

• Las personas se sienten más cómodas si saben que están haciendo lo que otros han hecho, sobre todo cuando esos otros son tomados como referentes. El uso de testimonios en la comunicación puede agregar credibilidad a su propuesta, siempre y cuando provengan de personalidades respetadas y vinculadas de alguna forma al producto.

• Todos respondemos mejor bajo la presión de fechas límites, por lo que las promociones que crean una sensación de urgencia obtendrán mejor respuesta.

• Nadie presta el 100% de atención a lo que ve, oye y lee. El alcance de la atención es muy corto, de 10 a 12 segundos. Hay que captar la atención de las personas dentro de los primeros 3 segundos. Los mensajes necesitan decodificarse fácil y rápidamente; las metáforas, slogans y jingles son recursos muy útiles para lograrlo, como así también los titulares que parecen plantear un cierto grado de conflicto que el lector debe resolver.

• Todos solemos dudar de la “perfección”. Evite hacer afirmaciones absolutas que parezcan demasiado buenas para ser verdad. La palabra mejor ya no es creíble, salvo que se acompañe de una sólida argumentación.

• Todos hemos sufrido frustraciones al adquirir un producto o servicio. Es por eso que en todo lector existe una natural y lógica desconfianza hacia las promesas de soluciones o beneficios. Evite prometer lo que no pueda cumplir (las famosas “sobrepromesas”) y generará credibilidad en su comunicación.

 El orden de lectura

Habitualmente, la gente lee los avisos en el siguiente orden:

1.     La imagen
2.     El titular
3.     El logotipo del anunciante
4.     El texto

La mayoría de la gente lee sólo los títulos. Pero si se logra captar la atención del lector con un buen titular, es muy probable que llegue al texto. Comencemos por lograr ese titular, y una vez que llegue al texto, no lo dejemos escapar.

¿Para qué sirve un titular?

El título de un aviso tiene varias funciones, pero la primera de ellas es ayudar a predisponer el ánimo convenientemente. Lo que en el teatro se consigue apagando las luces, en un aviso debe lograrse con el titular.
Si todo aviso publicitario es, en esencia, una noticia, el titular debe ser una síntesis de esa noticia. Debe recoger la sustancia de la misma.
Recordemos que una noticia, para ser completa, debe responder a las siguientes preguntas: quién, qué, cuándo, dónde, cómo y por qué. Como cada uno de estos elementos tiene una importancia relativa respecto de los demás, se debe procurar destacar aquella circunstancia más relevante.


Continuará…

jueves, 15 de mayo de 2014

¿Cuáles son las mejores piezas publicitarias?

Para quienes trabajamos en publicidad, mirar avisos es una deformación profesional. Pero también es una manera de mantenernos actualizados. De aprender de los aciertos y errores ajenos.
Avisos recargados de información que dificultan saber por dónde empezar la lectura, afiches de vía pública imposibles de leer mientras se conduce un vehículo, comerciales de TV que nos dejan preguntándonos “¿Qué quisieron decir?”, parecen dar cuenta de que estos últimos (los errores) van ganando la batalla. Por eso, a partir de esta entrega de Lorem 5´, decidimos abordar un tema bien concreto: cómo mejorar nuestras comunicaciones. Como decía Martín Fierro, “no es para mal de ninguno, sino para bien de todos”.

¿Se puede juzgar una pieza publicitaria?

Suponiendo que la respuesta fuera afirmativa (que lo es), cabría luego preguntarse: ¿cómo se evalúa una pieza publicitaria?
Más allá de la subjetividad que trae aparejada esta cuestión, lo cierto es que existen algunos criterios para juzgar un mensaje publicitario bastante más consistentes que el consabido “me gusta/no me gusta”.
El primero de ellos, es obvio, está dado por los resultados que reflejan las ventas luego de poner en marcha la campaña. Aunque en este caso habría que hacer una distinción entre una idea buena y una idea eficaz.
Hace muchos años se llevó a cabo en los Estados Unidos un concurso que, a diferencia de los Clio Awards y otros festivales, premiaba a los comerciales de TV exclusivamente por su éxito de ventas, independientemente de su originalidad y calidad de producción. A juzgar por los resultados (que pudieron verse en Buenos Aires) las piezas galardonadas estaban muy lejos de ser creativas o estéticamente logradas.

Es evidente que si un aviso sirvió para vender más, habrá resultado “bueno” en el sentido de que cumplió con su objetivo básico. Pero, como sabemos, no siempre el objetivo de la publicidad es vender más; como sucede, por ejemplo, con las campañas institucionales, cuyos efectos son más difíciles de mensurar en el corto plazo.
Por otra parte, resulta cuanto menos riesgoso esperar la evolución de las ventas para saber si la comunicación fue buena. Los pre-test de campañas, en ese caso, resultan de gran utilidad. Pero dejar la evaluación de la publicidad sólo en manos de los consumidores potenciales sería, parafraseando a Georges Clemenceau, más o menos como dejar una guerra sólo en manos de los militares.

Sin ánimo de agregar más confusión al asunto, recordemos que casi todos los “próceres” de la publicidad de todos los tiempos coinciden en afirmar que un buen aviso se siente “en las tripas”, que al observar un buen anuncio se sienten “mariposas en el estómago”.
Con todo, en las próximas entregas de Lorem 5´ intentaremos fijar algunas pautas para saber cuándo un aviso es bueno (o no lo es) antes de pagar la factura de los medios. Pautas que, sin ninguna pretensión de infalibilidad, se apoyan en la experiencia y el sentido común.
Para ir poniéndonos en tema cerramos por hoy con estas palabras del creativo argentino Gabriel Dreyfus, explicando cuál es, a su juicio, un buen mensaje:

“Si existiese una regla para ser creativo, para ser creativo habría que romper esa regla. Un buen spot (o anuncio gráfico) no sólo compite contra la publicidad de su competidor, tampoco contra toda la tanda, ni siquiera contra toda la buena publicidad que un potencial consumidor pueda registrar en su memoria durante bastante tiempo. Compite también contra todas las noticias (porque nadie enciende la TV ni compra el diario para ver los anuncios). Nuestra creatividad publicitaria debe ocupar un lugar junto a todas las preocupaciones y alegrías de la persona a la cual nos dirigimos: con tanta fuerza como la enfermedad de su madre o el cumpleaños de su hija (…).
Lo que no se registra no se recuerda y lo que no se recuerda no vende.
Pero eso no es todo: además de ser recordada, la buena publicidad debe transmitir un concepto (y una emoción) que provoque el deseo inconsciente de probar un determinado producto o servicio. El que nosotros anunciamos. A menudo debe hacer todo esto con una inversión en medios mucho menor que la de la competencia.
Esa es la única creatividad que merecería ser premiada. Porque un buen anuncio publicitario no es mejor ni peor después de ganar o perder un premio. Es el mismo. En todo caso, lo único que se juzga es la capacidad y honestidad de los jurados.
Los anuncios premiados son a la publicidad como los coches de Fórmula 1 al automovilismo: no están concebidos para llevar gente al supermercado pero mejoran la calidad de la industria.
Algunos anuncios tienen demasiado perfume a pieza creada para festivales. Pero sólo tiene valor la publicidad creada para un anunciante de veras.”

Continuará…


jueves, 17 de abril de 2014

Los testeos se ponen a prueba

¿Si los testeos funcionan mejor con un guión que con otro, ¿funcionan realmente? ¿Cómo se testea PR y social media? ¿Si hay otros métodos de investigación, por qué se siguen usando los focus groups? ¿Quién tiene el poder en la relación investigador-agencia? Estas preguntas, que en nuestro metier nos planteamos a diario, fueron algunos de los interrogantes que animaron el 2º Seminario organizado por el Círculo de Creativos Argentinos, con la presencia de publicitarios, marketers, anunciantes y planners, para debatir sobre el impacto de los testeos en la industria publicitaria.
Rescatamos algunas posturas para los lectores de Lorem 5´.

A lo largo de una jornada, trece referentes de las áreas de creatividad, research y marketing brindaron diez breves disertaciones en las que presentaron posiciones diferentes, e incluso opuestas, sobre el tema.
Maxi Anselmo, director general creativo, arrancó diciendo: “Los testeos no se pueden tomar linealmente. No tienen porqué decir ‘Sí’ o ‘No’ sino ‘Qué se puede mejorar’. No tienen que ser las tablas de los mandamientos”. Asimismo, agregó que en la industria hay hombres que ven más allá de lo racional, cuyas idean funcionan porque se conectan con lo emocional. Y dio el ejemplo de La llama que llama, caso que tuvo malos resultados en los testeos, pero una exitosa recepción en el público. Por eso señaló: “El testeo se debe usar para rever ciertas cuestiones pero no para decir ‘No, no lo hagas’. No quiero que los research nos hagan peores, sino mejores”.

Para Diego Luque, director de innovación y estrategia, el problema de las marcas es que en pos de generar certezas rechazan las ideas frescas, conservando el sistema de creencias en sus contenidos. En contraste, el mundo digital, especialmente las startups, y la ciencia rompen con los paradigmas establecidos, y al hacerlo generan grandes innovaciones. Esa innovación es fruto de una forma de producción y testeo mucho más flexible. “Se testea tirando las cosas al mercado, se mide, se adapta, y se vuelve a tirar al mercado. Aprendizaje, error y cambio se consideran valores”, comentó el ejecutivo. Y apuntó: “Hay que dejar de hablar de testeos y empezar a hablar de preguntas. Los grandes cambios de la humanidad se hicieron con saltos al vacío. Hoy se trata de elegir dónde voy a tener la mejor caída”.

La tercera conferencia estuvo a cargo de la investigadora Solange Ricoy, quien sostuvo que la investigación no tiene como finalidad complicarles la vida a los creativos, ni cercenar sus ideas, sino trazar un canal de comunicación entre las marcas y los seres humanos. Ricoy indicó que está en contra tanto de la investigación que busca el mínimo denominador común como de aquella que se presenta como un arma de negociación dentro de las compañías y confirma lo que se da por supuesto. En cambio, está a favor de la investigación exploratoria, que sirve como herramienta de cocreación y observatorio del comportamiento humano.

Uno de los momentos polémicos se generó cuando Julio Fresno Aparicio, durante su exposición, le dijo a Anselmo que si bien su apertura centrada en lo sentimental había sido simpática, ahora él iba a hablar sobre la realidad. Además, añadió que en el caso de La llama que llama, la crítica que en su momento se le hizo al comercial fue que no dejaba en claro cuál era la marca que publicitaba. Luego sostuvo que hay acuerdos globales que dicen que todo debe estar avalado por pretesteos, inclusive en las categorías donde no se pueden incluir. En estas circunstancias, los investigadores tienen una posición incómoda de intermediarios entre anunciantes y agencias. Por eso, expresó que hay herramientas no verbales que intentan complementar el diálogo entre investigadores y creativos, como por ejemplo Interest Trace y Face Coding, que analizan los gestos y actitudes de los miembros del focus group.

Cristina Navarro, otra de las oradoras, aseguró que la investigación puede ayudar en el proceso creativo, aportar confianza en la toma de decisiones y ser un aporte valioso cuando las ideas son apenas un germen. “Forjar una primera instancia puede ayudar a entender por qué y cómo funciona una idea e luminar aristas que no habían sido previstas”, afirmó. También dijo que los testeos deben ser utilizados para aprender y no para subir o bajar el pulgar a una idea.

En una posición diametralmente opuesta, el creativo Juan Cravero consideró a los testeos como enemigos de la osadía y la novedad. “¿Cómo se testea un comercial sensorial que no tiene relato?, indagó. Dado que, en general, el testeo no se utiliza en este tipo de comerciales, respondió sin vacilar: “No puede ser buena una herramienta que sólo funciona con un tipo de comercial”. Seguidamente aseveró que testear comerciales es no entender a los consumidores y puso en tela de juicio a los miembros de los focus group. “¿Quién contesta un testeo? ¿Por qué va? ¿La gente que va a un testeo es ‘La Gente’?”, interrogó al auditorio.

En una línea más conciliadora, Martín Mercado, de Young & Rubicam y Fabián Jalife, de BMC, expresaron que agencia y consultora deben trabajar juntos en el marco del brief. “Yo le tenía rechazo a los testeos. Pero en los últimos años hubo un cambio, nos movimos juntos”, aseguró Mercado. Mientras que Jalife señaló: “Debemos construir posicionamiento que toque las fibras sensibles. Generar un vínculo que trascienda las relaciones de poder. Plantear una cocreación colectiva. Construir calidad de vínculo para que las marcas puedan relacionarse de mejor manera con su gente”.

Para otros oradores, las nuevas tecnologías tienen una influencia directa en los testeos e, incluso, han modificado su rigidez tradicional, siendo generados de forma constante, por los propios consumidores, que devinieron en testers naturales que todo quieren probar. Y para demostrarlo, expusieron nuevas formas de testeos que se dan en el ciberespacio, como el testeo colaborativo con fines políticos y el hecho de que se incluyan en los procesos de creación y no solo de edición.

Testear o no testear no es la cuestión.

Por el lado del anunciante, Mema Montero Barre dijo que lo relevante es preguntarse qué testear, cuándo y por qué. Para la profesional, el testeo es un ingrediente más en la toma de decisión que, en las condiciones ideales, se debería desarrollar en las primeras etapas de los proyectos para explorar y no para evaluar. Sin embargo, expresó que esto no ocurre siempre en la realidad. “Tenemos que preguntarnos cómo nos movemos cuando no hay tiempo, cuando la película está terminada y cuando hay que distribuir la plata”, expuso. Y manifestó que hay que generar el espacio para testear como se quiere y, si no se puede, trabajar con la incertidumbre.

En tanto, los representantes de Coca Cola coincidieron en que el trabajo conjunto entre el departamento de marketing de una compañía, la agencia y la consultora de investigación es saludable, puesto que permite potenciar las ideas. En este aspecto, Luis Gerardin subrayó que uno de los principales problemas de las agencias es que, muchas veces, no dan certezas al anunciante ni le brindan referencias concretas sobre las ideas que le presentan. Esto genera desconcierto en la compañía que, como consecuencia, decide no invertir en la idea. Por eso, el ejecutivo indicó que las agencias deben poder explicar el sentido de la campaña.

El debate de cierre dejó muchas preguntas sin responder. Será cuestión de seguir reflexionando. Pero una cosa parece emerger con claridad: los testeos no deben ser ni las tablas de la ley ni el refugio de los cobardes. Son una herramienta, y como tal, su eficacia depende de cómo se la emplee.


Fuentes consultadas: Verónica Martínez, del staff de adlatina.com