martes, 3 de diciembre de 2013

La última palabra en publicidad: avisos de “deslanzamiento”.


¿Tiene sentido dedicarle un aviso a un producto que se deja de fabricar? 
Si ese producto acompañó durante muchos años la vida de millones de personas y construyó con ellas un fuerte vínculo afectivo, la respuesta es: sí, tiene sentido.

Si bien ya hubo algunos antecedentes, el caso de la campaña que Volkswagen Brasil preparó para anunciar el fin de la producción de su legendario modelo Kombi podría demostrar nuestra afirmación. Y nos deja, de paso, algunas lecciones de branding.

Después de 50 años de fabricación de este vehículo en aquel país, la agencia Almap BBDO creó un anuncio en forma de testamento, en el cual Kombi agradece el cariño de sus usuarios y revela sus últimos deseos antes del cese de su producción (que se producirá el próximo 20 diciembre), como una especie de reconocimiento a los que vivieron o aún siguen viviendo experiencias inolvidables con el modelo. Pero la acción tiene su vuelta de tuerca: la despedida también es una bienvenida, porque Kombi se despide con una nueva versión, la Kombi Last Edition, que tendrá una producción limitada a 1.200 unidades.

En una entrevista con la revista LatinSpots, el redactor de la agencia, Marcello Nogueira, explicó la estrategia y el proceso de creación de esta campaña de despedida:

“Cuando trabajamos con publicidad, a veces somos publicitarios y a veces somos consumidores. Es sensacional cuando aparece un producto que queremos o con el cual tenemos una relación emocional. La Kombi es un ícono como Mickey, vemos su silueta y la reconocemos, no decimos Van, decimos Kombi. Entonces creímos que sería mucho más histórico hablar sobre la discontinuidad de la fabricación de Kombi, que hacer una campaña sobre el lanzamiento de la Last Edition.”

“Hacer una campaña publicitaria para hablar de algo que no se fabricará más parece un contrasentido, porque Volkswagen está muy enfocada en la innovación, pero llegamos a la conclusión de que la única marca que puede hablar de las dos cosas con propiedad es Volkswagen. Tiene la tecnología más moderna, pero también una relación de amor con la gente. Pensamos que era un buen momento para recordar cómo amamos a esa marca desde siempre, además de querer a sus autos modernos y tecnológicos. Kombi se merecía una despedida. Muchas veces, los productos a los cuales queremos y con los cuales tenemos una relación desaparecen sin que nadie diga nada, y no nos parece elegante. Es como si nos dejaran huérfanos.”

“Decidimos entonces hacer una despedida, empezando con un anuncio de “deslanzamiento”, convocando a la gente para contar sus historias con la marca en un hotsite. Y recibimos muchas, como la de la chica que nació dentro de una Kombi, o la del tipo que dio la vuelta al mundo con su mujer y la Kombi, entre otras. Nos dimos cuenta de que teníamos un lindo material en las manos y decidimos hacer un testamento de Kombi, con sus últimos deseos. Las mejores historias figuran ahora en el anuncio y cada una de esas personas va a recibir un regalo sorpresa, sin valor financiero, pero con mucho valor emocional.”

“El tipo que llevó a su Kombi a los Mundiales tendrá una llanta autografiada por Pelé; la chica que nació dentro de una Kombi se lleva una réplica artística del primer layout del modelo, por ejemplo. Tuvimos un gran feedback de parte del cliente. Les encanta y emociona la campaña. Todos los que tienen una relación emocional con la marca se sienten tocados.”

La nueva pieza gráfica tiene los colores azul y blanco de la nueva Last Edition, mientras que, en paralelo, otro aviso de revistas anuncia: Muy pronto en ninguna concesionaria cerca de usted. 

Como parte de la campaña de despedida de Kombi, la firma realizará también un encuentro el 8 de diciembre, donde expondrá varios modelos de la marca y lanzará un libro digital gratuito con las historias reales publicadas en el sitio.


Los textos largos no se leen.

El texto que aparece en la portada de la web de Kombi, que hemos tratado de traducir con la mayor fidelidad posible y que transcribimos a continuación, parece desmentir este prejuicio que escuchamos a diario los publicitarios. Los textos no se leen cuando no tienen nada interesante que decir, independientemente de su extensión.

Los últimos deseos

Amigos, yo no tengo nada que reclamar. Lo he visto todo, trabajé mucho.
Fui transporte escolar, ambulancia, puesto de frutas, hasta auto de policía.
Conozco este país como la palma de mi mano. Pero no sabía que era tan querida. Desde que anunciaron que ya no sería fabricada he recibido declaraciones de todas partes del Brasil, y hasta del exterior. De gente que entró aquí, a mi sitio web, y me hizo recordar historias maravillosas, que me dejaron con los faros empañados de lágrimas.
Por eso decidí que no puedo irme sin retribuir de alguna manera a esas personas tan especiales que formaron parte de mi vida.
Escribí una lista con mis últimos deseos, que me gustaría ver realizados antes de partir. Como un humilde homenaje a quienes siempre animaron mi corazón y mi asiento del conductor.

·       A Carlos Alberto de Valentim, que me llevó a ver jugar a la Selección Brasilera por todo el mundo, le dejo una llanta autografiada por el Rey Pelé.
·       A Marco Rebuli, que fundó mi fan club más antiguo del que se tenga noticia (aún activo en el Brasil), le dejo una placa de bronce homenajeando su obra.
·       A Amilton y Maíra Navas, una pareja que se conoció adentro mío camino a la escuela, les dejo una miniatura de Kombi Escolar, arrastrando latitas de recién casados.
·       A Bob Hieronimus, artista plástico que me hizo famosa entre los hippies del mundo entero, le dejo un bloc especial de dibujo con mi forma.
·       A Jason Rehm, que habita adentro mío con su familia, le dejo un felpudo estampado con mi rostro, para ser colocado en mi puerta, que es la de su casa.
·       A Noel Villas-Bôas, en nombre de su padre, el explorador Orlando Villas-Bôas, que recorrió el Brasil conmigo, le dejo una réplica de aquél modelo, hecha de barro, representando el barro que enfrentamos juntos.
·       A Eduardo Gedrait Pires, dueño de la Kombi que probablemente sea la más antigua fabricada en Brasil, le dejo nuestro álbum de fotos de familia.
·       A Hamilton de Lócco y Jahir Eleuthério, que me transformaron en una librería rodante, les dejo mi libro de cabecera: mi último Manual del Propietario.
·       A Valdir Gomes de Souza, que perdió su primer juguete -una Kombi azul en miniatura- le dejo una Kombi azul en miniatura, muy bonita.
·       A Franck Köchig e Iris, que dieron la vuelta al mundo conmigo, les dejo mi odómetro con el mayor kilometraje posible: 999999.
·       A Rolando “Massinha” Vanucci, que montó una cantina italiana dentro de mí y hoy tiene un restaurante y continúa prosperando, le dejo siluetas de ravioles con mi perfil.
·       A Mirian Maia, que nació adentro mío, le dejo una réplica de mi primer croquis. Así era yo cuando nací.
·       A todos mis amigos y fans del dejo un libro digital de regalo, con las hermosas historias que recibí estos últimos meses en mi página web.
·       A mis parientes, Kombis de diferentes épocas, les dejo un encuentro a realizarse en mi fábrica.
·       Y finalmente, mi último deseo: volver a casa.


La extinción del escarabajo.

Como anticipamos, este “deslanzamiento” no es el primero en la historia publicitaria de Volkswagen.
En Brasil, el Volkswagen Beetle llegó a ser tan popular que su historia se hizo parte de la historia del país. Los coches salieron a la venta en noviembre de 1950, tan sólo un año después de que aparecieron en los Estados Unidos, y se produjo sin interrupciones hasta 1986, ayudando a Brasil a ganar el estatus de país industrializado.

En el camino, ese auto feo pero amado también se llevó un nuevo apodo. Los inmigrantes alemanes en el sur de Brasil trajeron de su patria al pequeño coche familiar, cuyo nombre pronunciaban como "folksvagen". Oídos y lenguas brasileños cambiaron la pronunciación por "Fusca", nombre que los coches aún conserva. Como dato curioso, hay quienes sostienen que Fusca es un acrónimo de tres de las grandes referencias del pueblo brasileño: fútbol, samba y cachaza.

En 1986, Volkswagen decidió descontinuar el Fusca, argumentando que era un modelo obsoleto, no obstante ser el segundo auto más vendido. Pero tan sólo 7 años más tarde, la empresa volvió a fabricarlo, a sugerencia del entonces presidente Itamar Franco. Hasta que en 1996, la empresa suspendió nuevamente la producción, esta vez de manera definitiva. Y lo hizo, al igual que ahora con la Kombi, con una edición limitada llamada "Série Ouro".

El último Volkswagen Beetle del mundo, con el número 21.529.464, salió de la planta de Volkswagen en México el 30 de julio de 2003, 65 años después de su lanzamiento y tras 58 años de producción, sentando un hecho sin precedentes en la historia de la industria automotriz mundial. Al más puro estilo mexicano, un mariachi lo acompañó entonando "Las Golondrinas", un tema musical clásico utilizado para las despedidas, pero adaptado especialmente para la ocasión.
También en aquélla oportunidad, para conmemorar la despedida de ese ícono del mercado automovilístico, la marca lanzó en México una "Última Edición" conformada por 3.000 unidades con características únicas.

La publicidad, por su parte, presentó algunos comerciales con cierto tono nostálgico. En uno de ellos, una cámara subjetiva montada en un “Vocho” (como se lo llama en ese país) recorría calles y rutas recibiendo el adiós de miles de mexicanos. En otro se mostraba un espacio pequeño para estacionar, y algunos autos que trataban infructuosamente de ocuparlo. Al final aparecía una frase explicando: "Es increíble que un auto tan pequeño deje un vacío tan grande".

¿Valió la pena invertir en publicidad para un producto que abandonaba el mercado? La respuesta quizás pueda darla el New Beetle, exitoso sucesor del escarabajo que se lanzó en 1998, y cuya versión 2013 se anunció en Brasil con el ingenioso comercial que cierra esta nota. Los productos viven, envejecen y mueren; pero las marcas inteligentes permanecen.